Consecuencias
Complicaciones
- Falta de aire. Las personas con cáncer de pulmón pueden experimentar falta de aire si el cáncer avanza hasta bloquear las vías respiratorias principales. El cáncer de pulmón también puede provocar la acumulación de líquido alrededor de los pulmones, lo que dificulta que el pulmón afectado se expanda completamente cuando inhalas.
- Tos con sangre. El cáncer de pulmón puede provocar sangrado en las vías respiratorias, y como consecuencia, tos con sangre (hemoptisis). A veces, el sangrado puede agravarse. Existen tratamientos para controlar el sangrado.
- Dolor. El cáncer de pulmón avanzado, que se disemina hacia el revestimiento del pulmón o hacia otras áreas del cuerpo, como los huesos, puede causar dolor. Comunícale al médico si sientes dolor, ya que hay muchos tratamientos disponibles para controlarlo.
Líquido en el tórax (derrame pleural). El cáncer de pulmón puede provocar la acumulación de líquido en el espacio que rodea al pulmón afectado en la cavidad torácica (espacio pleural).
El líquido que se acumula en el tórax puede provocar falta de aire. Existen tratamientos para drenar el líquido del tórax y reducir el riesgo de que se vuelva a producir un derrame pleural.
Cáncer que se disemina hacia otras partes del cuerpo (metástasis). El cáncer de pulmón suele diseminarse (hace metástasis) hacia otras partes del cuerpo, como el cerebro y los huesos.
El cáncer que se disemina puede provocar dolor, náuseas, dolores de cabeza u otros signos y síntomas, según cuál sea el órgano afectado. Una vez que el cáncer de pulmón se ha diseminado más allá de los pulmones, generalmente no es curable. Existen tratamientos para disminuir los signos y síntomas y para ayudarte a vivir más tiempo.
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